Aislamiento e impermeabilización en un solo sistema mediante la colocación de paneles de lana de roca o lana de vidrio, pegados con un mortero hidrófugo en los cerramientos verticales que precisen de aislamiento termoacústico. Este sistema evita el paso del agua pero permite la transpiración del edificio.
Aislando nuestras fachadas, conseguimos un ahorro de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano, con lo cual contribuimos a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, consiguiendo una edificación sostenible y respetuosa con el medio ambiente.